Celmira Bolívar:
Yo llevo alrededor de 40 años...
Juan Montes:
Celmira Bolívar es costurera. Trabaja en un local ubicado en uno de los pasajes comerciales del centro de Bogotá, por la calle 17 con octava.
Celmira Bolívar:
Primero me dediqué a trabajar en fábricas, en talleres... duré mucho tiempo trabajando en fábricas donde confeccionaban jeans. Después de eso, me independicé y fue cuando llegué allí la 18, donde un señor que trabajaba en esto, en arreglar ropa, ahí me quedé trabajando, después me independicé. Y aquí estoy trabajando.
Juan Montes: Celmira ha trabajado de forma independiente desde hace 15 años. Su oficio es un claro ejemplo de la economía popular, el tema de este episodio de Bitácora, un pódcast sobre planeación.
Mónica Ortiz:
La economía popular se enfoca en oficios y ocupaciones.
Juan Montes:
Ella es Mónica Ortiz, subdirectora de Desarrollo Productivo en la Dirección de Innovación y Desarrollo Empresarial del Departamento Nacional de Planeación.
Mónica Ortiz:
Cuando uno abre el Plan Nacional de Desarrollo, en la transformación 2 se encuentra con un gran catalizador sobre más y mejores oportunidades, una expansión de capacidades, entonces tenemos el reconocimiento de la economía popular y a partir de ahí se desprende la definición y se desprenden algunas apuestas de política pública en el marco del plan.
¿Qué es?
Son oficios y ocupaciones. ¿Quiénes las hacen? Unidades económicas pequeñas. Entonces, pueden ser unidades económicas que son personales, familiares, algo que escuchamos mucho: micronegocios o microempresas, que se ubican o que desarrollan estos oficios y ocupaciones en una vivienda, en un local comercial, pueden ser puerta a puerta o pueden ser móviles como los vendedores ambulantes o vendedores de calle.
Juan Montes:
Celmira sería un ejemplo de una unidad económica personal.
Celmira Bolívar:
Hay días de días. La verdad yo no voy a decir: “aquí todos los días me va súper” o “todos los días me va...”. No, todo depende del trabajo de uno mismo o de mí misma, por decir algo.
Mónica Ortiz:
Esta actividad que ellos hacen no es de autoconsumo; es decir, que todo lo que ellos producen, bienes, servicios, si lo producen ellos o solo comercializan o se dedican más actividades domésticas o comunales, no las hacen para propio consumo, sino para cubrir las necesidades de su hogar o de su comunidad. Entonces, es generación de ingresos para cubrir los gastos de un hogar.
Juan Montes:
Para entender la economía popular, es necesario comprender quiénes son sus actores principales.
Mónica Ortiz:
Es relevante mencionar que la economía popular no es un único sector, no podemos encasillar en solo un segmento las actividades u oficios que hacen. Este es un concepto incluyente, además, en todos los enfoques como de género, ciclo vital, étnico o el campesinado.
Habíamos partido de que son unidades pequeñas y las asociaciones de estas unidades pequeñas también son actores de la economía popular. Y yo creo que parte de simplificar un poco el lenguaje es decir que tenemos los tenderos, las misceláneas en los barrios (pensando en zonas urbanas), también tenemos recicladores, artesanos, quienes desarrollan estas actividades como vendedores ambulantes o las mismas personas que realizan actividades de confecciones en sus propias viviendad. Estas unidades, que son algunos ejemplos, son los actores de la economía popular.
Todos estos diversos oficios, de los que mencioné solo algunos, ellos solos y las asociaciones que velan por la sostenibilidad o el desarrollo de estas unidades hacen parte de estos actores.
Juan Montes:
Vale la pena tener en cuenta que dentro de la economía popular es posible encontrar unidades y asociaciones de diferentes dimensiones.
Mónica Ortiz:
Son diferentes tamaños de unidades. Estamos viendo que es toda una diversidad que hay y ya mencioné el caso urbano, pero pensemos en la costa. Si vemos los guías turísticos o vemos los lancheros y las asociaciones de lancheros, ellos hacen parte de la economía popular también. Y en el campo, nuestros productores agropecuarios que salen a los pequeños mercados en los municipios con sus productos agropecuarios, ellos forman parte de la economía popular y son actores de ella.
Tenemos esta gama de actores que están en las zonas urbanas y en las zonas rurales del país, que están vendiendo o comercializando parte de sus bienes servicios o están atendiendo personas, pensemos ahora en la parte de cuidado: las señoras que cuidan a los niños de la vecina mientras ella va a trabajar son una especie de guardería, ellas hacen parte también de la economía popular. Entonces, son diferentes sectores, son diferentes oficios, son diferentes ocupaciones, enfocándonos siempre en que son unidades de pequeña escala que pueden operar desde la calle en sus viviendas o en locales comerciales.
Juan Montes:
¿Qué implicaciones tiene para la economía popular el reconocimiento que le ha dado el gobierno en el Plan Nacional de Desarrollo?
Mónica Ortiz:
Yo creo que hay toda una transformación de la política social alrededor de esta visibilización y reconocimiento de la economía popular. Dentro de esta transformación 2 del Plan Nacional de Desarrollo, de seguridad humana y justicia social, la parte de economía popular —y además hay muchos más componentes hay dentro— hay toda una apuesta por pensar en una adaptación y una mitigación del riesgo y toda esta transformación parte de unos habilitadores, por ejemplo, el sistema de protección social o cómo juega la infraestructura física y digital para tener una superación de privaciones y una expansión de capacidades, teniendo en cuenta que tenemos un país que es heterogéneo en donde las unidades económicas que operan en Bogotá no son las mismas ni son las mismas condiciones que las que afrontan las unidades de Leticia o de Villavicencio. Entonces, este reconocimiento y visibilización es muy importante, porque históricamente estas unidades estaban quedando fuera de las apuestas de política. Reconocer que ellas aportan valor, que las vamos a incorporar dentro del desarrollo productivo, creo que es una apuesta ambiciosa y esto transforma completamente la forma como vemos a las unidades económicas ya no solamente limitadas en su tamaño, sino que hay una escala anterior a las microempresas que son estas unidades de baja escala que tienen condiciones distintas, que pueden ser ellas solas o pueden tener un par de ayudantes.
Pensemos en otro ejemplo: las personas que tienen un restaurante en su propia vivienda, que puede ser el dueño del cajero y tiene la ayuda de dos meseros. Esto hace parte también de la economía popular. Entonces, claro, son negocios que nosotros en el día a día vemos, son unidades que todos los días de hecho hasta aportamos en esa generación de ingresos, cuando adquirimos alguno de esos bienes o servicios, pero no habíamos reconocido ese valor de manera explícita en la economía.
Creo que esta es la implicación más grande: reconocer y visibilizar que en un Plan Nacional de Desarrollo haya una apuesta directa en una expansión de capacidades que promocione una seguridad y una autonomía económica de las personas, como trabajadores o como unidades que buscan generar ingresos para el sostenimiento de su hogar.
Juan Montes:
Ahora Mónica nos explica los retos concretos que tiene el gobierno en materia de economía popular.
Mónica Ortiz:
El primer gran reto es la información. De ahí el interés explícito en el Plan Nacional de Desarrollo de crear un sistema de información de la economía popular. Y estos sistemas de información han sido parte del aporte importante que hace nuestra oficina de estadísticas, el DANE, para poder caracterizar estas unidades económicas que tienen diferentes realidades en el país. Entonces, el poder comprender su funcionamiento es clave para poder incorporarlas en el crecimiento y en el desarrollo productivo. Ese es el primer gran reto y es consolidar un sistema de información robusto que permita caracterizar estas unidades económicas, que adicionalmente se va a haber alimentado por el censo económico, que es una deuda que tenemos todavía en donde estas operaciones estadísticas permiten hacer una caracterización mucho más específica, aprovechando que hay un despliegue en todo el territorio nacional con información muy detallada que nos va a permitir tener en cuenta estas heterogeneidades que hay en nuestras unidades económicas de la economía popular y de toda la base empresarial del país.
Es importante mencionar que dentro de los datos que tenemos, el 98 % de las empresas que hay son microempresas.
Juan Montes:
El rol de la información resulta fundamental para abordar la economía popular.
Mónica Ortiz:
La información, primero que todo, nos permite comprender cuál es el funcionamiento de estas unidades para poderlas incorporar de manera acertada en el crecimiento y en el desarrollo productivo. Para hacer política pública necesitamos información y esta información seguramente nos va a permitir fortalecer y robustecer algunos de los instrumentos que vamos a venir disponiendo desde el orden nacional desde diferentes entidades, porque está política tiene un enfoque muy interesante y es que, como no es sólo un sector, vamos a tener todo un enfoque desde la parte de política social podrá estar liderada por las diferentes entidades como el DPS y de otra parte tenemos todo el desarrollo productivo desde el Ministerio del Trabajo y desde el Ministerio de Comercio industria y Turismo.
Entonces, toda esta información nos va a permitir hacer instrumentos que se ajusten a sus realidades y que garanticen que estas grandes apuestas que están dentro del plan puedan materializarse y es lograr que estas unidades, por ejemplo, puedan acceder a servicios esenciales como salud, educación, servicios públicos domiciliarios y conectividad, tanto digital como en temas de infraestructura vial. Y, desde otra parte, tenemos la expansión de capacidades, la autonomía económica para lograr una inclusión productiva y una reconversión laboral que jalone o nos permita tener este desarrollo productivo con todas las apuestas que uno puede ver desde la transformación 4, como la reindustrialización. Casi que permitir o poder poner a estos instrumentos en este reconocimiento de la economía popular y comunitaria.
Juan Montes:
Además de promover esquemas de asociatividad que, entre otros beneficios, les posibilitarían, por ejemplo, a varias costureras como Celmira ser proveedoras de dotaciones a gran escala para una entidad gubernamental, también se plantea otra serie de incentivos para la economía popular como lo explica Mónica.
Mónica Ortiz:
Estas unidades hacen unos oficios y ocupaciones diversas y la formación en este punto cobra más valor, porque tener una oferta pertinente que reconozca estos oficios y estas ocupaciones permite que entidades como el SENA desarrollen toda una oferta educativa, que les permita agregar más valor a su actividad y, de esta manera, generar más ingresos. Uno de los programas que hay son los Centros de Reindustrialización Zasca, que tiene el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, para realizar. Durante el cuatrienio se espera que construyan 32.
Juan Montes: ¿Qué son los Zasca?
Mónica Ortiz: Estos centros lo que hacen es potenciar las vocaciones productivas, a la vez que favorecen que exista este tipo de especialización.
Juan Montes:
De hecho, ya existe un piloto.
Mónica Ortiz:
Por ejemplo, a los zapateros se les enseñó con formación de personas extranjeras cómo agregarle valor al diseño de zapatos. Entonces ya no es hacer el zapato con el cual está generando el mismo ingreso, sino que si tiene otras técnicas puede vender sus zapatos a un valor más alto y esto sí puede impulsar su actividad económica para que estos zapatos tengan un valor agregado superior. Entonces, es potenciar sobre estos conocimientos y saberes existentes, y de ahí la pertinencia en la oferta que pueden realizar entidades como el SENA. De hecho, dentro de los datos que tenemos, el 38 % de los micronegocios fueron creados porque no hay otra alternativa de ingresos y además los propietarios de estos micronegocios indicaron que no tenían oportunidades de empleo porque les hacía falta experiencia o porque no tenían la capacitación o el nivel de escolaridad suficiente. Entonces, volviendo a los saberes y a su propio conocimiento, ¿cómo desde el gobierno se puede potenciar su actividad económica o la actividad que le está generando ingresos a su hogar, para que su unidad sea sostenible y pueda generar más ingresos? Esto acompañado de toda la oferta de política social que se encuentra dentro del plan.
Entonces, estamos pensando en reducir las cargas de la población más vulnerable: de una parte, la superación de privaciones y, de otra parte, fortalecer sus capacidades, de forma tal que les permita tener una autonomía económica.
Juan Montes:
Y no hay que dejar de lado la inclusión financiera.
Mónica Ortiz:
Toda iniciativa productiva requiere un capital para poder hacerse sostenible y, en este , existe todo desarrollo y unos esfuerzos, que se ven tanto en el plan como en el articulado, sobre mecanismos diferenciados para que estas unidades puedan acceder a diferentes productos financieros, no solamente al crédito. Y es que con el presupuesto se va a apalancar todo un plan para la economía popular a través del Grupo Bicentenario, lo cual es muy valioso porque permite que estas unidades de baja escala, acompañadas de todo un esfuerzo de gobierno en cuanto al mejor uso de la información para caracterizar estas unidades, permita que se pueda otorgar productos financieros que no les generen un endeudamiento o una limitación futura, sino que por el contrario impulsen su actividad productiva y puedan incorporarse dentro del desarrollo productivo, que parte desde la expansión de capacidades donde juega un papel muy importante la política de reindustrialización para potenciar a las unidades de todos los tamaños.
Juan Montes:
Por último, ¿qué papel tiene la formalización desde el enfoque de la economía popular?
Mónica Ortiz:
Diferente a los enfoques tradicionales, no se pretende que estas unidades de la economía popular sean excluidas de la transformación productiva, sino que en la medida en la que son sostenibles y mediante los instrumentos de política podamos potenciar su desarrollo y puedan tener esta autonomía económica y expandirse de manera natural. Se formalizarán bajo las condiciones adecuadas a su nivel de maduración, sin que este proceso imponga cargas, sino que por el contrario favorezca su desarrollo. De ahí los siguientes componentes del Plan Nacional de Desarrollo en donde se habla de simplificar y reducir costos, de manera que estos sean progresivos y graduales para todas las unidades económicas, favoreciendo su desarrollo y su expansión.
Juan Montes: Muchas gracias a Celmira Bolívar y a Mónica Ortiz por haber participado en este episodio de Bitácora, un pódcast sobre planeación. El documento con las bases del Plan Nacional de Desarrollo está disponible en el sitio web del DNP.